¿Le gusta tomar agua? ¿Sabia que como a usted, un gran porcentaje de nuestra población no bebe agua? ¿Sabia que la falta de agua en nuestro organismo puede enfermarnos?
Pues aunque mucha gente lo ignoran sus posibilidades
terapéuticas son inmensas. Y no nos referimos ya al consumo corriente de aguas
minerales naturales, a su uso en balneoterapia o a las propiedades del agua de
mar, tanto ingerida como en baños terapéuticos. Sus posibilidades curativas van
mucho más allá. Porque el agua se puede activar, energetizar, dinamizar,
indumizar, oxigenar, ozonizar, mesmerizar, cromatizar, solarizar, sonorizar,
ionizar, imantar, polarizar, magnetizar... Todo un mundo de increíbles posibilidades
terapéuticas que apenas se conoce.
"La deshidratación crónica es la raíz de la mayor parte
de las enfermedades degenerativas del cuerpo humano y la tragedia más grande de
la historia de la Medicina es que los médicos no hayan entendido -y sigan sin
entender- la diversidad de señales que emite un cuerpo cuando, simplemente,
reclama agua".
El médico de origen iraní Feydoon Batmanghelidj en su libro “Su
cuerpo reclama agua llorando a gritos” expresa rotundamente la importancia del
agua. Para él, el más importante descubrimiento médico que ha hecho el hombre
es haberse dado cuenta de que el agua es la mejor medicina natural para gran
número de las llamadas enfermedades. Basta para entenderlo constatar que todas
las funciones del organismo dependen del flujo de agua en el cuerpo. Hasta el
punto de que lo que para muchos médicos es un "cuerpo enfermo" para
Batmanghelidj no es, en muchas ocasiones, sino un "cuerpo sediento"
al que se puede devolver la salud dándole simplemente la cantidad de agua
adecuada.
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