Lo más práctico para una persona que esta avocada a su
trabajo y a suplir sus necesidades, es tratar de conseguir mucha comida rápida
que les haga más practico y llevadero su sistema de vida. Las comidas rápidas
se han convertido en una salida para mucha gente. Urgencia de tiempos y
trabajo, o el excesivo culto a la comodidad de la vida moderna, parecen ser más
fuertes que el deseo de contribuir, mediante la alimentación, a nuestra salud.
¿Pizzas, hamburguesas, papas fritas, panchos, milanesas,
empanadas? Cualquier otra de estas tantas propuestas que podemos obtener en el
mundo del “delivery” gastronómico, transformaron en los últimos años a la
alimentación en un hábito rápido y de simple solución. Aunque no tan bueno para
la salud.
Por falta de tiempo, comodidad o desgano, cada día son más
las personas que eligen, incluso varias veces a la semana, comer esta clase de
alimentos, más conocidos como comida “chatarra” o fast-food (comida
rápida).
Esta alimentación se caracteriza por un contenido excesivo
de calorías, grasas y sal. Es muy común entre los jóvenes, personas que viven
solas o parejas en las que ambos trabajan muchas horas al día.
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